Al final, la relación entre el éxito y el fracaso suele ser una de las consecuencias de la vida. Pero, ¿es posible considerar una sola derrota como indicador de la imposibilidad de alcanzar el objetivo? ¡Claro que no! Los errores son perfectamente normales. A veces son la patada mágica en el camino hacia el éxito.
¿»Manos abajo» o «Contrólate»? La mayoría de la gente se queda perpleja ante esta elección. Pero responder a estas preguntas es mucho más fácil de lo que parece. Todo lo que tienes que hacer es imaginar qué ocurrirá si eliges la primera opción y cómo cambiará la vida si eliges la segunda.
Cabe señalar que aceptar la derrota no siempre es malo. Tal vez el objetivo perseguido no sea importante y su consecución no sea más que un capricho. En este caso, por extraño que parezca, es mejor bajar las manos lo antes posible.
Es completamente diferente cuando el objetivo tiene una buena razón y su fracaso puede acarrear consecuencias negativas. Entonces no te rindas categóricamente y, a pesar de todos los obstáculos, debes seguir adelante.
Pero, ¿qué hacer, si el primer error «mató» a todo el espíritu de la guerra y seguir haciendo algo que no quiere?
En primer lugar, no te desanimes. Y en segundo lugar, piénsalo una vez más y empieza a actuar de nuevo, pero de forma más consciente.
5 pasos para triunfar tras una derrota:
El resultado en sí puede no ser un error. Lo que está mal son siempre las acciones que llevaron a ello. Para entender por qué el resultado no es el esperado, hay que identificar cuáles eran los puntos más débiles. Un análisis cuidadoso ayudará a encontrar el cuello de botella y a reforzarlo más adelante.
A menudo, el motivo del fracaso es que el objetivo final es demasiado vago. Por ejemplo, «algún día tendré una casa grande». Es evidente que falta concreción: ¿cuándo, dónde, de qué tamaño? Es importante comprender claramente todos los aspectos y matices del objetivo.
En este punto hay que volver al primer paso. Aprender del pasado facilita evitar errores en el futuro. A la hora de elaborar un nuevo plan, hay que prestar especial atención a los puntos débiles: reforzarlos o buscar formas de sortearlos.
Algunas personas sólo necesitan que su idea les inspire internamente, mientras que otras necesitan estímulos externos. El medio ambiente es importante. Las personas de éxito y «cargadas» que te rodean pueden ser una gran motivación y fuente de inspiración.
Pensar demasiado genera demasiadas dudas. No esperes a que llegue el momento o se den las condiciones adecuadas para ponerte en marcha. Ya están aquí, ahora mismo. Y no tengas miedo de cometer errores, nadie está a salvo de ellos. Está decidido, ¡ya está hecho!
Nadie ha alcanzado nunca su meta sin tropezar y caer. No es el número de caídas lo que determina el éxito, ¡sino la capacidad de levantarse y seguir adelante a pesar de los obstáculos y las trabas!